Martín Mestre es un hombre de Colombia que durante 26 años estuvo en busca del asesino de su hija Nancy Mariana Mestre, y finalmente lo encontró en otro país.
La madrugada del 1 de enero de 1994, Nancy le pidió permiso a su padre para salir a celebrar año nuevo con Jaime Saade, un joven con el que estaba saliendo. Martín permitió la salida con la condición de regresar antes de las 3 a.m. Sin embargo, la joven no apareció.
Cuando notó que su hija de 18 años no estaba en casa, salió a buscarla de inmediato. Acudió a las discotecas de la ciudad en busca de ella, pero al no encontrarla partió hacia la casa de Jaime. Él recuerda que la primera imagen al llegar a la residencia fue la de la madre de Jaime limpiando el piso y diciéndole: “Su hija tuvo un accidente, está en la Clínica del Caribe”.
De inmediato se puso en marcha y al llegar allí, el padre del joven le indicó que hija había atentado contra su vida.
Esa afirmación hizo que comenzara a sospechar, pues creía incapaz a su hija de tomar dicha decisión. Y al hablar con una enfermera, todo perdió sentido: Nancy llegó al sanatorio envuelta en una sábana sucia llena de rastros de maleza y con un tiro en la cabeza.
Los siguientes ocho días, la joven permaneció en estado de coma, y finalmente, el 9 de enero, Nancy falleció.
Tras esa noticia, Saade no volvió a aparecer. Gracias a una red de amigos, la familia de Nancy comenzó a recopilar datos, lo que a su vez permitió que en marzo de 1995 las autoridades dictaran un auto de llamamiento a juicio a Saade, sindicándolo de delitos de homicidio y acceso carnal violento.
La familia continuó afirmando que Nancy atentó contra su vida, pese a que las pruebas de balística determinaron que ella no accionó el arma y la pólvora que había en una mano era rastro de cuando intentó defenderse del ataque.
En 1996, Jaime Saade Cormane fue condenado a 27 años de prisión, y en 1998, se emitió una circular roja de Interpol.
26 años buscando al asesino de su hija
Martín continuó persistiendo en encontrar al responsable, y durante 26 años continuó resistiendo hasta que finalmente se consiguió encontrar a Jaime en Brasil. “Desde ese día vivo en función de si lo captura. No es una obsesión, es un deber como padre”, comentó Jaime a El País.
Este padre tomó un curso de inteligencia y comenzó a trabajar para acercarse a la familia del asesino de su hija, utilizando perfiles falsos en redes sociales. De esa manera consiguió, en 2019, información que finalmente le hizo considerar que Jaime estuviera escondido en Brasil.
Jaime Saade en Brasil
Bruno Samezima, director de Interpol Brasil, explicó que Saade ya estaba en Brasil al año siguiente del crimen y en 1998 consiguió adoptar una nueva identidad. El asesino incluso consiguió una licencia de conducir en 1999.
Saade tenía toda una vida en Brasil, pues era dueño de una lavandería y desde 1995 vivía con su actual pareja, incluso tuvo dos hijos.
En Brasil se hacía llamar Henrique Dos Santos Abdala, pero registró a sus hijos con su verdadero nombre, y también inscribió su matrimonio con él poco antes de ser capturado.
Cuando la investigación se centró en este empresario, un policía consiguió un vaso, el cual fue enviado a Colombia para cotejarlo con los datos genéticos que se tenían de Jaime.
Sin descanso para la familia de Nancy
A finales de enero de 2020, Mestre recibió una llamada confirmándole que lograron encontrar al asesino de su hija.
Lamentablemente, este padre continúa en su lucha, pues el proceso de extradición no se pudo completar en 2021, debido a que el tribunal brasileño que resolvería esto, votó dos a favor, dos en contra y una ausencia, por lo que se decidió en favor del acusado.
Saade podría quedar impune, pues la extradición no puede solicitarse dos veces por el mismo caso.
Fuente: Semana