El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, eligió un nuevo Tesla este martes 11 de marzo en la entrada de la Casa Blanca. Se trata de un sedán rojo brillante como una forma de manifestar su apoyo a la empresa de vehículos eléctricos de Elon Musk.
Este acto lo realizó en medio de las críticas por su labor para impulsar la agenda política del presidente y reducir el tamaño del gobierno federal.
Musk se subió al asiento del pasajero donde discutieron cómo arrancar el vehículo que puede alcanzar los 95 km/h (60 millas por hora) en cuestión de segundos.

Trump reveló que planea comprar el Tesla, cuyo precio ronda los 80,000 dólares, y dejarlo en la Casa Blanca para que su equipo lo utilice.
Además, expresó su deseo de que esta compra ayude a Tesla, que atraviesa dificultades debido a una disminución en sus ventas y la caída en el valor de sus acciones.
Este gesto representa el último, y más peculiar, ejemplo de la lealtad que Trump ha mostrado hacia Musk, quien fue un importante inversor en su campaña presidencial el año pasado y ha jugado un papel relevante en su segundo mandato.

El presidente republicano compartió que planeaba comprar un nuevo Tesla como “un gesto de confianza y apoyo a Elon Musk, un verdadero gran estadounidense”.
Mientras tanto, Musk sigue al mando de Tesla, la plataforma de redes sociales X y la empresa de cohetes SpaceX, mientras también desempeña el rol de asesor de Trump.