Doña Leticia, ubicada en la 7 calle y 14 avenida de la zona 1 capitalina, lleva más de 40 años dedicándose a confeccionar túnicas para los cucuruchos. La satisfacción más grande de su trabajo es ver cómo las generaciones se suceden.
Con su inseparable máquina de coser, Leticia inicia la fabricación de los trajes, que destacan por el tradicional color morado penitente. Cada túnica es elaborada con esmero y dedicación, transmitiendo el legado de su arte.
La historia de Leticia es un reflejo de la tradición y la continuidad de un oficio que se ha mantenido vivo durante décadas. Su trabajo no solo viste a los devotos, sino que también conecta a generaciones enteras a través de la fe y la cultura guatemalteca.