Un hombre fue detenido por posesión de armas y ante ello, policías de New Haven en el estado de Connecticut, EE.UU. lo subieron a una patrulla para trasladarlo a una comisaría. Sin embargo, durante el proceso antes mencionado, ocurrió un accidente que afectó directamente al detenido.
El hombre identificado como Randy Cox, de 36 años, sufrió un fuerte golpe cuando quien conducía el furgón policial frenó repentinamente.
En una cámara ubicada en el interior del furgón se ve cómo Cox perdió el equilibrio y terminó impactando su cabeza contra la puerta. Esto porque llevaba las manos esposadas y no puso usarlas para disminuir la intensidad del golpe.
Posteriormente, los agentes lo sacaron de la unidad y como si nada hubiese pasado, lo sentaron en una silla de ruedas para llevarlo a la celda; en ningún momento le prestaron atención médica o llevaron a un centro asistencial.
Las cámaras corporales y de seguridad grabaron todo el suceso, por lo que los cinco policías involucrados fueron acusados por trato cruel y poner en peligro a una persona.
Han pasado seis meses del caso, pero volvió a viralizarse debido a que los uniformados fueron acusados formalmente. Karl Jacobson, jefe de la Policía de New Haven, dijo: “Puedes cometer errores, pero no puedes tratar a las personas de la manera en que Randy Cox fue tratado”.
El reclamo es de 100 millones de dólares de indemnización para el detenido y piden todo el peso de la ley para los policías.