Dele Alli, una de las principales figuras de la Selección de Inglaterra, sabe qué es vivir en la riqueza y en la pobreza.
Sus padres se conocieron en un club nocturno, y él nació un año después. Sin embargo, poco tiempo después su padre (que se encontraba en el Reino Unido estudiando para un Maestría en De Montfort University), decidió abandonarlo y marcharse a su Nigeria natal.
Cuando regresó, Dale tenía ocho años, y se lo llevó a Lagos, donde se convirtió en “Príncipe de la tribu Yoruba”.
Twitter / @vokeoruma
(Foto: Paul ELLIS / AFP) Durante los tres años que estuvo en África, Alli vivió en una mansión de 10 habitaciones donde llevó una vida de lujo, atendido por tres mujeres. Asistió a una escuela privada (con un costo de 27 mil dólares anuales).
Desde temprana edad demostró un amor incondicional hacia el fútbol, sin embargo, su padre tenía otros planes: quería prepararlo para que en el futuro dirigiera la tribu.
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Dele vivió dos años en Houston, Estados Unidos, pero después su padre decidió llevarlo nuevamente a Londres para que viviera junto a su madre, quien en ese entonces tenía otros dos hijos.
El mediocampista del Tottenham relató que en su nuevo hogar las peleas eran habituales. Su madre tenía problemas con el alcohol y sus hermanos le daban malos tratos.
EMMANUEL DUNAND / AFP
Eso lo llevó a juntarse con gente equivocada, donde las drogas, las armas y la delincuencia eran algo común.
Pero todo comenzó a cambiar cuando arribó al Milton Keynes Dons Football. Como el club no quedaba cerca, y entrenaba cinco días a la semana, Dele Alli se mudó a la casa de su mejor amigo Harry Hickford, donde Alan y Sally lo criaron como a un hijo más. Con esta nueva familia, y el fútbol como principal aliado, él encontró la estabilidad emocional que añoraba y se aferró a su sueño de triunfar con la pelota para alejarse del mal camino.
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Dele Alli comenzó a alejarse gradualmente de sus padres. El año pasado, su madre, intentó reconectarse con él, sin embargo, él decidió no atenderla alegando que estaba muy ocupado. Por otra parte, aunque su padre ha asistido a varios juegos y hasta ha pagado una visita guiada por las instalaciones de su actual club, nunca ha logrado contactarlo.
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