Celso Enrique Girón Ramos, un alumno de 17 años, de un centro educativo en Mazatenango, Suchitepéquez, participó, al igual que otros estudiantes en un “bautizo” realizado por ex alumnos para “heredarles” un apodo.
La ceremonia, que incluía golpes, resultó mortal, pues el estudiante de primer año de carrera murió por los golpes provocados durante la iniciación.
La madre de Celso explicó a Noti7 que ese día, el joven le comunicó que no almorzaría en casa porque “tenía cosas que hacer”. Horas después, el hermano mayor de Celso recibió una llamada avisándole que joven se encontraba en un centro asistencial por sufrir un “desmayo”.
La madre de Celso señala que a su hijo lo abandonaron sus compañeros y exalumnos. “Me duele mucho la forma en que lo fui a encontrar, porque mi hijo no era un perro para que lo dejaran abandonado”, acusó la progenitora.
Doña Yolanda señaló que le causa dolor el que su hijo llevara a casa a compañeros del instituto para comer y convivir con ellos, creyéndolos amigos cuando en el momento que más los necesitaba, estos lo abandonaron en la puerta del hospital.
También señaló que los ex alumnos que golpearon a su hijo, al notar que este no reaccionaba intentaron darle RCP. Esto le hace creer que la muerte de Celso no fue intencional.
Esta familia señaló que las autoridades de la institución tenían conocimiento sobre las iniciaciones realizadas por exalumnos, pero que en ningún momento intentaron frenarlas.
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