En el 2014 el jugador estaba pintando su barrio de cara al mundial, hoy está a menos de dos meses de vivir su primera experiencia en el máximo torneo de fútbol.
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Pep Guardiola quedó impresionado con el talento de Gabriel Jesús en el 2016, el delantero que consiguió junto con Neymar y la selección brasileña el primer oro de Brasil en una Olimpiada puso su nombre en los radares del mundo luego de esta justa.
Sin embargo la historia del delantero del Manchester City no fue fácil, Gabriel nació en Peri un pueblo de Brasil muy pobre, el jugador fue abandonado por su padre y su madre tuvo que tomar el frente del hogar sola, comiendo poco y con un sueño de jugar al fútbol fue creciendo.
El 9 brasileño tuvo sus inicios con un equipo llamado “Pequeninos” que entrenaban en la cancha de una cárcel, ahí los entrenadores aprovechaban para darle comida a los niños que llegaban a entrenar, según relata en el 2017 Gabriel Jesús al medio “The Player's Tribune” muchos de los pequeños que llegaban al campo era solo para poder comer algo durante el día.
El delantero que ahora tiene 21 años siempre que puede destaca el valor de su madre para sacarlo adelante y que ella le dio la oportunidad de estudiar en la escuela y poder entrenar, cuando la mayoría de los niños de su edad y su pueblo tenían que trabajar para ayudar en sus hogares. “Pero mi madre… ella creía en mí. Por alguna razón, ella creía. Ella me dijo que siguiera adelante, sin importar lo que tuviera que hacer” dijo en la entrevista del 2017.
Una de los recuerdos más preciados de Gabriel Jesús fue cuando se dedicó a pintar las paredes y las piedras de su pueblo de verde y amarillo en el 2014, para el mundial, en ese entonces él jugaba en las menores del Palmeiras con el sueño de llegar a la selección.
Foto: repretel.com
“Tuve la oportunidad de probar para Palmeiras cuando tenía 15 años, y todo comenzó desde allí. No puedo explicarlo. Se sentía como el destino, en cierto modo. Dios escribió todo perfectamente. Me quedé con el equipo juvenil y pude firmar mi primer contrato real. A partir de ahí, fue como un cohete. Me metí en el primer equipo, y lo hice realmente bien, y luego me llamaron a Brasil en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río.
Cuando recibí la llamada, fue una emoción abrumadora.
Para hacerte entender ese momento para mí… solo dos años antes de eso, estaba en las calles de Peri pintando los bordes amarillos y verdes para la Copa del Mundo de 2014”.
Ahora Gabriel Jesús está a las puertas de su primer mundial, titular indiscutible con el Manchester City y con su selección, un joven de 21 años que no olvida de donde viene y que tiene muy claro lo que pasó para cumplir su sueño, siempre tomado de la mano de su madre.
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Tomado de: repretel.com