La viruela de los monos, también conocida como viruela del simio o símica, es causada por un virus similar al de la viruela humana e incide principalmente en las regiones centrales y occidentales de África.
La infección la transmiten los roedores y las ardillas salvajes, esta se observó por primera vez en seres humanos en 1970. Y ahora se ha registrado esta infección en América, específicamente en Estados Unidos, pero la OMS asegura que el contagio no es alto.
En esta infección se presenta fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y de espalda. También se caracteriza por presentarse como una ciruela común en la piel.
¿Cómo prevenirlo?
La Organización Mundial de la Salud asegura que durante los brotes de viruela del mono, el contacto estrecho con otros pacientes constituye el factor de riesgo más importante de infección.
Por ello, debido a la falta de un tratamiento o vacuna específicos, la única manera de reducir la infección en las personas es que estén conscientes de los factores de riesgo y darles a conocer acerca de las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición al virus.
Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos, porque así se puede evitar el contacto con personas infectadas. Se recomienda evitar el contacto con roedores y primates, asimismo limitar la exposición directa a la sangre y la carne; en caso de otras costumbres, cocinarlos a fondo antes de consumirlos.
También, durante el manejo de animales enfermos o sus tejidos infectados y durante los procedimientos de matanza, deben usarse guantes y otra ropa protectora adecuada
Por otro lado, para evitar el riesgo de transmisión persona a persona, es preciso evitar el contacto físico estrecho con personas infectadas, aislar al paciente en su caso en un centro de salud y lavarse las manos tras visitar a algún enfermo.
Además, según la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Lowa, EE.UU.
Como una medida preventiva de rutina, se debe tener cuidado de tratar y cubrir heridas en la piel al trabajar con primates no humanos u otros animales que pueden ser hospedadores.
La vacunación para la viruela común, en especial cuando es reciente, parece proporcionar alguna protección contra la viruela del simio. También, la vacunación posterior a la exposición parece ser útil.
Cabe resaltar que esta infección no está fuera de control, durante años la OMS ha mantenido en rigor dicha infección.