Este jueves, el cohete Starship, parte del proyecto espacial de SpaceX, explotó minutos después de su despegue inicial.
Este era el segundo intento de la empresa de Elon Musk de poner en órbita el considerado cohete más grande del mundo, diseño en el que esperan los astronautas viajen a la Luna y Marte.
El despegue se realizó desde la Starbase, base espacial de SpaceX en Boca Chica, al sur de Texas (Estados Unidos).
Debido a que este era el primer vuelo de prueba del vehículo, no había tripulación a bordo de él.
El cohete propulsor Super Heavy, que alberga 33 motores, transportó a la nave Starship sobre el Golfo de México.
Unos dos minutos y medio después del despegue, se tenía previsto que el cohete propulsor se separara de la nave. La Starship debía utilizar sus propios motores para propulsarse a una gran velocidad. Sin embargo, esto no ocurrió.
Aunque la prueba de este jueves terminó en una explosión, se cumplieron varios objetivos para esta aeronave. El primero fue el despegue, pues la carga era enorme.
A través de su cuenta de Twitter, SpaceX expresó: “Con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos, y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria”.
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