Investigadores consideran que por medio de estos cuerpos similares al planeta enano Ceres, el agua podría haber llegado ala tierra.
En el observatorio Mauna Kea en Hawái, gracias a la ayuda del Telescopio Infrarrojo, se observaron los pequeños cuerpos ubicados en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Ceres, con un diámetro ecuatorial de aproximadamente 900 kilómetros, es el objeto más grande del cinturón de asteroides entre todos los pequeños planetas que orbitan en esta región.
La alta porosidad de estos pequeños cuerpos astronómicos es otra característica que comparten con Ceres y una indicación de que el material rocoso aún es bastante original.
Los espectros infrarrojos medidos permitieron sustentar que, al igual que Ceres, hay minerales en la superficie de los asteroides descubiertos que se originaron a partir de una interacción con agua líquida.