Xi Jinping, para sorpresa de casi toda la Asamblea General de la ONU, celebrada el pasado 22 de septiembre, se comprometió a buscar adherirse al Acuerdo de París, y de esta manera reducir las emisiones de dióxido de carbono.
El presidente de la República Popular China tiene el desafío de reducir las emisiones de dióxido de carbono respecto a los umbrales actuales en 2030, también se tiene en mira una neutralidad energética en 2060. Estas dos metas requieren esfuerzos decididos y realistas, por lo que requerirá reformas en su sistema productivo de más calado para la certificación sostenible y digital.
Las Naciones Unidas habían elegido el final del 2020 para que los países miembros demostraran las primeras reducciones en sus niveles de polución.
Patricia Espinosa, responsable de la ONU sobre el cambio climático, señaló hace unas semanas que se espera que el 80% de los países dentro de los Acuerdos de París, tengan esa evidencia.
Sin embargo, Pekín podría adelantar a 2025 su “punto de inflexión hacia la reducción de emisiones”, señalan instituciones como Brookings-Tsinghua Center for Public Policy. Jinping aclara que el compromiso de su nación no solo está en reducir el CO2, sino también otros carburantes como el metano.
Las tres mayores economías del mundo son las que más dióxido de carbono emiten, por ello es que la ONU insiste tanto en que Estados Unidos, China, y la Unión Europea (especialmente Alemania) se adhieran a sus programas para controlar la polución.
Fuente: Público