El mal olor en los pies es una preocupación para muchas personas, el cual puede convertirse en un problema para quienes lo sufren.
Muchos atribuyen el mal olor al sudor, pero esto no es totalmente cierto. Muchos no saben, pero los pies es una de las partes que más suda del cuerpo debido a que en ellos se encuentran la mayor concentración de glándulas sudoríparas.
El sudor no tiene olor por sí mismo, pero lo que genera el olor es el contacto entre el sudor y las bacterias que existe sobre la superficie de los pies, las cuales al descomponerse producen amonio y ácido graso.
Aunque la buena higiene diaria de los pies mantiene a raya el mal olor, en algunos casos específicos, pese al lavado el olor no desaparece.
Causas del mal olor de pies
Infección.
Ya sea por hongos o bacterias como el pie de atleta o bomhidrosis.
El pie de atleta es una infección común causada por la tiña, y, aunque no es grave sí es contagiosa.
El riesgo aumenta en las personas que usan zapatos cerrados, mantienen sus pies húmedos durante largos periodos, sudan mucho o tienen lesiones en las uñas o en la piel.
La infección se puede contagiar directamente o por estar en contacto con zapatos, suelos, duchas o alrededor de las piscinas.
Estrés y ansiedad.
El estrés y la ansiedad provocan la liberación de varias hormonas, lo que a su vez estimula las glándulas del sudor.
Alteraciones hormonales.
Los cambios hormonales que se experimentan en algunas etapas de la vida tienen como consecuencia que el organismo desprenda más sudor.
Es por ello que las mujeres embarazadas y los adolescentes son quienes más riesgos tienen de sufrir olor en los pies.
Hiperhidrosis.
La hiperhidrosis es una sudoración excesiva, la cual puede ser causada por otra enfermedad o un efecto secundario de un medicamento.
Las zonas en donde más se percibe son las manos, los pies, las axilas o la cabeza.
¿Cómo se trata el mal olor de los pies?
Los expertos recomiendan lavar a diario los pies con jabón desinfectante. Tras lavarlos es importantísimo el secarlos minuciosamente para evitar la humedad.
Además, se recomienda usar calcetines de materiales transpirables como el algodón. Además, si el pie suele transpirar con frecuencia se debe cambiar los calcetines más de una vez al día.
Utilizar calzado que permita transpirar. Una de los materiales más utilizados para ello es el cuero y evitar el calzado de pieles sintéticas.
El uso de polvos de talco o desodorante para pies.
Además, se recomienda visitar a un podólogo para estudiar el caso particular.
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