Carly Gregg es el nombre de la adolescente de 15 años que esta semana recibió sentencia por el asesinato de su madre, la profesora Ashley Smylie y por herir a su padrastro en Brandon, Mississippi (Estados Unidos).
El ataque ocurrió el 19 de marzo de 2024. En el juicio duró cinco días, y durante ellos los fiscales mostraron distintas pruebas que permitieron la reconstrucción de los hechos. Una de las evidencias fundamentales fue un video captado por una cámara instalada dentro de la vivienda.
Carly fue captada entrando a la cocina para abrir la puerta a los perros. Tras ello se marchó y fue a uno de los cuartos: la próxima vez que se le ve camina escondiendo algo tras de sí y se marcha a otro de los cuartos (el de su madre). Luego se escucha un disparo seguido de un grito y dos disparos adicionales.
La adolescente regresó a la cocina para usar su teléfono celular, para escribir a sus dos amigas y preguntarles “¿Te dan asco los cadáveres?”. También utilizó el teléfono de su madre para escribirle un mensaje, haciéndose pasar por su madre, el cual decía: “¿Cuándo vas a llegar a casa, cariño?”.
Carly invitó a su amiga a ver el cadáver de su madre. Durante el juicio, la otra menor testificó que obedeció a Carly, debido al miedo que le provocaba. Cuando llegó el padrastro Heath Smylie escuchó los disparos en su contra.
El padrastro testificó que trató de desarmarla tras el tercer disparo, y ella trató de escapar.
El comportamiento perturbador de Carly Gregg durante el juicio
Durante el juicio, se hizo viral en redes sociales las extrañas conductas de la adolescente. Por ejemplo, durante el cuarto día de audiencias, se le vio intentando contener la risa cuando se transmitió el video donde se escucharon los gritos de su madre.
El padrastro testificó que Carly había mostrado signos de depresión y estaba bajo tratamiento.
Daily Mail relata que compañeros de escuela indicaron que la joven estaba medicada por un trastorno de personalidad límite (BPD).
Carly se declaró no culpable por razones de demencia.
Los abogados de la menor aseguraron que su cliente no recordaba asesinar a su madre, y alegaron que había consumido marihuana durante seis semanas, así como medicamento para la depresión y ansiedad.
Un psiquiatra señaló que la joven sufría de alucinaciones durante ese periodo.
Veredicto final
Pese a la confianza que mostraba la joven, el veredicto final la declaró culpable.
La menor de 15 años fue sentenciada a cadena perpetua, también recibió una condena de diez años por el delito de manipulación de pruebas.
Al momento de escuchar el veredicto de culpabilidad, y la sentencia, Gregg rompió a llorar.