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El presidente francés, rompió con el protocolo del estadio donde se disputó la final en Moscú.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, vivió la final del Mundial de una manera muy especial, rompiendo todo el protocolo que un dignatario mundial debe mantener en el palco de un estadio deportivo en las celebraciones de los goles de su equipo.
Macron celebró de forma eufórica cada tanto de Francia, poniéndose de pie y agitando los brazos ante el asombro del presidente de Rusia, Vladimir Putin y del presidente del comité organizador, Gianni Infantino, que no se movieron de sus asientos en cada uno de los seis tantos que se vieron en la final.
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Emmanuel Macron mantuvo una actitud muy deportiva con la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar, que acudió a ver la final con una camiseta de su Selección.
Macron y grabar acudieron posteriormente a la entrega de trofeos y saludaron con deportividad a los jugadores rivales.
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Tomado de: lavanguardia.com