Alberto Cormillot, de 83 años, logró convertirse en padre, pero conoce que no le queda mucho tiempo de vida por lo que ahora trabaja en crear videos como recuerdos para su hijo.
Este médico jubilado se convirtió en padre hace solo un par de meses y vive para cuidar y disfrutar de su hijo. Él explica que en 2017 falleció su esposa Monika Arborgast, con quien tuvo dos hijos. Tiempo después Cormillot rehízo su vida con Estefanía Pasquini, de 35 años. Ambos deseaban tener un hijo, pero no lo consiguieron.
La pareja se sometió a un tratamiento de fertilidad, y producto de este nació Emilio.
El argentino señaló a los medios: “Soy muy consciente de que la vida no es infinita. Me siento bien, pero ya tengo 83 años y sé que no me quedan muchos años de vida. Las circunstancias son estas, pero soy feliz y no me puedo quejar. Tengo una esposa maravillosa y un pequeño que es la razón de mi vida”.
Alberto sabe que Emilio no podrá verlo cuando sea adulto, por lo que quiere vivir los años suficientes para al menos crearle un recuerdo de él.
“Mi hijo no conocerá a su hijo cuando sea mayor. Espero vivir los años suficientes para que, al menos, tenga un recuerdo de mí. Ahora es muy pequeño y los recuerdos, cuando sea adulto, habrán desaparecido. Lo importante es que estoy disfrutando de él. Ser padre a los 83 años es algo maravilloso”, señaló Alberto.
Para que su hijo no olvide ni su rostro ni su voz, se encuentra realizando grabaciones, las cuales guarda para que él las use más adelante.
“No dramatizo las cosas. No grabo mensajes tristes o melancólicos. Solamente quiero que quede constancia de la realidad de la vida y que mi hijo se acuerde de la voz de su padre cuando crezca”, afirma el argentino.
La pareja señala que también preparan a Emilio para su rendimiento futuro. Desde su temprana edad ya está en contacto con una profesora de chino, su deseo es que al crecer pueda aprender ese idioma de forma sencilla.