El sector de transporte de pasajeros se ha convertido en el principal objetivo de estructuras criminales dedicadas a la extorsión. Según la fiscalía contra el delito de extorsión del Ministerio, hasta la fecha se recibieron 196 denuncias de conductores de buses y taxis. En su mayoría, las llamadas de chantaje y amenazas de atentados se realizarían desde un centro de reclusión.