Las manifestaciones en Los Ángeles, California, llevaron a la alcaldesa Karen Bass a declarar estado de emergencia local y establecer un toque de queda en el centro de la ciudad. La medida fue adoptada luego de varios días de disturbios y congregaciones masivas de personas que alzaron su voz en medio de la crisis.
Según autoridades, las protestas también han estado vinculadas a preocupaciones migratorias, lo que ha motivado la participación de cientos de migrantes en las manifestaciones. La disposición de la alcaldesa marca la primera intervención directa del gobierno local para intentar controlar la situación.