Durante las observaciones realizadas en 2018 a una galaxia situada a 655 millones de años luz de la Tierra, astrónomos documentaron cómo el agujero negro AT2018hyz devoró una estrella, y tres años después se sorprendieron al descubrir que este “eructó” los restos del cuerpo celeste absorbido.
La Universidad de Harvard, en Estados Unidos, publicó un estudio en la revista The Astrophisical Journal, en donde describieron que el agujero negro se había reanimado misteriosamente en junio de 2021, y que emitía un destello luminoso visible a millones de años luz de distancia.
Los académicos indican que este flujo de saluda luminoso ocurre al poco tiempo de producirse un evento de disrupción de marea, en donde la estrella atraída comienza a estirarse por la influencia de la gravedad y crea un destello mientras alcanza temperaturas elevadas.
“Es como si este agujero negro empezara a eructar abruptamente un montón de material de la estrella que se comió hace años […] Esto nos pilló completamente por sorpresa. Nadie había visto nada parecido antes”, explicó Yvette Cendes, coautora de la publicación.
Edo Berger, otro de los autores, agregó: “En AT2018hyz hubo silencio radioeléctrico durante los tres primeros años, y ahora se ha iluminado de forma espectacular para convertirse en una de las TDE más radioluminosas jamás observadas […] Es la primera vez que observamos un retraso tan grande entre la alimentación y el flujo de salida”.
Los investigadores señalaron que continuarán estudiando el fenómeno para determinar si se produce en de manera regular en los eventos de disrupción de marea.