Un estudio realizado por la Universidad de Estocolmo (Suecia) y la ETH Zúrich (Suiza), y publicado en la revista Enviromental Science & Technology, señala que el agua de lluvia dejó de ser potable en todo el mundo a causa de la presencia de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).
Las PFAS son de origen humano y llegan a propagarse por la atmósfera llegando a trasladarse al agua de lluvia y nieve, incluso en los confines de la Tierra, en donde hasta ahora se creía que no existía ese problema.
Las sustancias encontradas en el agua de lluvia se asocian a una amplia gama de daños graves para la salud, como lo son el cáncer, los problemas de aprendizaje, el comportamiento en los niños, la infertilidad, complicaciones en el embarazo, aumento de colesterol y problemas del sistema inmunitario.
Los investigadores explicaron que durante los últimos 20 años han cambiado los valores de los PFAS para el agua potable, aguas superficiales y suelos, y ahora se tiene más conocimiento sobre su toxicidad.
“Según las últimas directrices estadounidenses sobre el PFAS en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría insegura para beber (…) Aunque en el mundo industrial no solemos beber agua de lluvia, mucha gente de todo el mundo espera que sea segura para beber y que suministre muchas de nuestras fuentes de agua potable”, explicó el autor principal del estudio.