Los científicos colombianos han reafirmado su preocupación sobre la amenaza que representan para el medio ambiente los hipopótamos “de la cocaína” que pertenecieron al narcotraficante Pablo Escobar, y ahora ven como mejor alternativa el sacrificio de estos animales.
En 1981 Pablo Escobar llevó ilegalmente tres machos y una hembra de esta especie a su hacienda Nápoles. Tras su asesinato en 1993, el Gobierno tomó el control de su propiedad, pero se dejó que los hipopótamos se las arreglaran solos, y ahora se cree que podría haber entre 80 y 100 de las criaturas.
Debido a la falta de depredadores naturales y a un clima favorable, los científicos han advertido que este número podría crecer a casi 1.500 para el año 2040, momento en el que habrían causado un daño ambiental irreversible.
Su multiplicación se ha convertido en un verdadero problema para la flora y fauna autóctona de Colombia. La orina y las heces producidas por los hipopótamos son tóxica y contiene bacterias que son peligrosas tanto para otras criaturas como para los humanos.
Debido a su agresividad, la presencia de este animal se ha vuelto un peligro para las personas.
Los expertos creen que la reubicación pudo haber sido factible hace 30 años, cuando solo había cuatro hipopótamos. Y la castración podría haber sido eficaz si los funcionarios hubieran proporcionado recursos suficientes.
“A nadie le gusta la idea de dispararle a un hipopótamo, pero tenemos que aceptar que ninguna otra estrategia va a funcionar”, señaló la ecologista Nataly Castelblanco-Martínez.
Martínez explica que los hipopótamos acaparan recursos que necesitan otros cientos de animales en peligro en Colombia, y su presencia distrae a los funcionarios de lidiar con otras especies invasoras.
Fuente: actualidad.rt.com