Un terremoto de magnitud 6.2 grados sacudió la noche del lunes en la provincia de Gansu al noroeste de China.
Producto de este violento movimiento telúrico, al menos 126 personas han muerto y más de 700 resultaron heridas.
Además, se reporta que más de 5 mil edificios y viviendas resultaron afectadas.
Gansu es una de las zonas más pobre de China.
Horas más tarde, se registró un segundo sismo de 5.5 grados en Xinjiang.
Trabajadores han desafiado el imperante clima frío para trabajar en el rescate de las personas que continúan bajo los escombros en la región rural.
El suministro de energía y agua también ha visto interrumpido en algunas partes de la región.
El presidente Xi Jinping señaló que “se deben hacer todos los esfuerzos posibles para llevar a cabo búsqueda y rescate, tratar a los heridos de manera oportuna y minimizar las víctimas”.