El 15 de febrero de 1910 nació en Otwock, Varsovia (Polonia), Irena Sendler.
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Su padre, Stanislaw Krzyzanowsky, era un médico católico que murió luego de contraer tifus de los enfermos desahuciados que nadie más se atrevía a atender.
Sin duda, algo que quedó muy grabado en la mente de Irena.
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En 1939 durante la invasión nazi a Polonia, Irena trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, por lo que se le permitió entrar en el gueto del lugar (bajo el nombre de Jolanta) para intentar frenar el tifus.
Irena sabía que los guetos tenían una intención diferente a la que se daba a conocer, por lo que intentó ayudar a salvar la mayor cantidad de personas.
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Convencía a las madres a dejar que sus hijos abandonaran el gueto. Quienes se desprendían de sus madres eran trasladados dentro de ambulancias que transportaban a los enfermos más graves, llevarlos en bolsas de basura o incluso en ataúdes.
De esta manera Irena logró salvar a más de 2,500 niños. Todos sus datos los registró en un diario, que enterró en el jardín de una vecina.
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Sin embargo, el 20 de octubre de 1943 Irena fue detenida y llevada a Pawiak, donde fue sometida a múltiples torturas para revelar el paradero de los niños.
Sin embargo, su amor al prójimo estaba tan bien fundado que no dijo ni una palabra que ayudara a localizar a los niños. Fue condenada a muerte, pero un soldado la ayudó a escapar anotando su nombre entre los ejecutados y teniendo que elegir un nombre falso.
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Irena continuó su trabajo y cuando la guerra terminó se casó y tuvo tres hijos.
Sin embargo, tres décadas después, su registro fue encontrado y los medios de comunicación difundieron la noticia.
Irena comenzó a recibir cientos de llamadas de hombres y mujeres; eran los niños que había salvado.
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Su labor recibió varios reconocimientos, entre ellos: la Orden del Águila Blanca de Polonia, título de Justa entre las Naciones de la Organización Yad VAshem y nominada al Premio Nobel de la Paz.
Con 98 años falleció en Varsovia el 12 de mayo de 2008, pero su historia como el Ángel del Gueto de Varsovia seguirá viviendo e inspirando.
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