Tras la confirmación de casos de ‘hongo negro’ en Guatemala, han surgido muchas dudas respecto a esto, una de ellas es: ¿puede contraerse la enfermedad al usar constantemente la mascarilla?
Antes de responder este y otro mitos, se debe saber que el ‘hongo negro’ se llama en realidad mucormicosis. Esta es una infección micótica que puede llegar a afectar los senos paranasales, el cerebro y pulmones de algunas personas que tengan el sistema inmunológico debilitado.
No surgió en India, como algunas personas creen, y tampoco a partir del Covid-19. De hecho esta clase de hongo ya era latente mucho antes de surgir el nuevo coronavirus. Durante mucho tiempo ha sido un problema para personas con un sistema inmunológico débil o en pacientes con ciertas enfermedades como el cáncer.
Uno de los mitos que se ha propagado es que el uso constante de mascarillas puede hacer que una persona contraiga el ‘hongo negro’. La lógica ante ese mito es que al respirar se emite vapor y eso moja la mascarilla por dentro. Al mojar la mascarilla se crea un campo de cultivo para virus, bacterias y hongos presentes en el ambiente. Al respirar se respira a todos eso, potenciando el adquirir alguna enfermedad.
Sin embargo, en la información proporcionada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, no señala que el uso de mascarilla pueda generar la adquisición de virus, hongos o bacterias.
La Organización Mundial de la Salud, en las recomendaciones que actualizó el de junio de 2020, señaló sobre los posibles riesgos o inconvenientes generalizados del uso de las mascarillas. Explicó que la única forma de ocurrir una contaminación de la mascarilla es en caso de una manipulación incorrecta o no cambiarla oportunamente cuando se haya humedecido o ensuciado. Esas condiciones favorecen la multiplicación de microorganismos y en algunos casos volverlas una fuente de contaminación.
Entonces, ¿alguien puede contraer el ‘hongo negro’ usando mascarilla?
Carlos Medina, infectólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, explica que si bien la humedad de la mascarilla puede causar dermatitis o alergias cutáneas, no la convierte en un almacén para bacterias y hongos. El problema radica en otros factores, como llevarse las manos sucias al rostro, y mascarilla.
El problema no son las mascarillas, es la higiene. Por ejemplo, las mascarillas de tela deben ser lavadas luego de cada uso. “Si se usa una misma y no se lava, eso se va a volver un material sucio por eso debe ser lavado con agua caliente, o con agua y jabón suficiente”, afirma Eduardo Gatuzzo, director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Respecto a las mascarillas descartables, estas están diseñadas para un uso de hasta 10 horas seguidas, luego deben ser desechadas. El no hacerlo elimina su efectividad.
Hasta ahora no existe evidencia que muestre que las mascarillas utilizadas representen un lugar de cultivo para la mucormicosis.
Sin embargo, se debe recordar que el ‘hongo negro’ suele encontrarse en lugares donde haya materia orgánica en descomposición, lo que va desde hojas o madera podrida a alimentos en mal estado. Si una mascarilla se dejara mucho tiempo sobre uno de estos ambientes propicios, podría haber riesgo que la mascarilla se contamine con esta clase de mucormicosis.
Por ahora, se sabe que la única manera de contraer dicho hongo al usar mascarilla es que esta ya esté contaminada por la forma incorrecta de manipularse o mala higiene.
Fuente: Ojo Público