La semana pasada, un niño pequeño falleció tras meterse a una lavadora, esto en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda.
Según indicaron medios locales, el menor, de edad preescolar, logró meterse en el tambor del electrodoméstico antes de que alguien lo encendiera. Aunque el niño sobrevivió al accidente, tuvo que ser hospitalizado de emergencia y poco después fue declarado muerto.
El vocero de la policía se encuentra investigando las circunstancias de su fallecimiento, aunque no se sospecha que exista mano criminal.
Las autoridades pidieron a los padres estar atentos a sus hijos para que no ser repitan tragedias como estas.
Fuente: El Siglo de Torreón